Este martes 25 de julio se ha reunido el grupo de Ministros de la Palabra de Catedral de Florida para reflexionar en torno a la Palabra de Dios. Con el esquema de la Lectio divina han meditado en el texto de san Pablo a los cristianos de Roma.
Sabemos que todo colabora al bien de los que aman a Dios, de los que han sido elegidos conforme a su designio.
Porque a quienes Dios conoció de antemano, los destinó también desde el principio a reproducir la imagen de su Hijo, que había de ser el primogénito entre muchos hermanos.
Y a quienes Dios destinó desde un principio, también los llamó; a quienes llamó, los restableció en su amistad; y a quienes restableció en su amistad, los hizo partícipes de su gloria. Rm 8,28-30
Estamos delante de la máxima lección de antropología teológica: hijo de Dios convertido en imagen, hombre divinizado al emprender su historia, alabanza de quien es su origen y que trasciende su naturaleza. Por eso tiene una única «pre-destinación»: el Reino de los Cielos, es decir, participar plenamente de la visión y de la naturaleza del mismo Dios. Inculcada desde el principio, toda esta realidad está crucificada con el pecado y resucitada en la redención por Cristo, con Cristo y en Cristo. «Pre-destinar» no significa estar obligados a recorrer una vía preestablecida con una meta ya fijada, sino, sencillamente, estar ordenados u orientados a ella con el ajuar de todas las potencialidades y gracias necesarias para conseguirla.